3.27.2007

CÓMO ME COMUNICO


Hasta hace algunos meses mis métodos de comunicación habían sido muy extraños; era tanta mi necesidad de comunicación que comencé a hablar a los nueve meses y claro, hasta por los codos. Por supuesto que no siempre comunicamos lo que tenemos planeado, y los resultados no son los esperados; hace unos meses comencé a trabajar en Recursos Humanos y el aprendizaje ha sido continuo y efectivo. Aprendí que un gesto una mirada, un movimiento significan mas de mil palabras, el lenguaje corporal refleja mas allá de lo que significa nuestro mensaje.

En ocasiones nos dedicamos a hablar cuando posiblemente deberíamos escuchar al resto de las personas.

En búsqueda del yo interno, me di cuenta de que no sólo debemos hablar, es decir, dejar salir las palabras sin antes detenernos a pensar que es lo que realmente queremos comunicar; debemos ser tenaces pero también pacientes y tolerantes, escuchar sin interrumpir y sobre todo no actuar a la defensiva o en espera de iniciar un debate de algo tan simple como un comentario.

No es tarea fácil, sobre todo cuando se ha trabajado por años en Servicio al Cliente, en donde los botones más sensibles, la tolerancia y paciencia son presionados una y otra vez, pero si logras pasar de ese punto ya estás del otro lado.

Cuando no somos pacientes y tolerantes no permitimos que fluya la comunicación porque se pierde el sentido y el propósito de la conversación, se sube el tono de voz, se interponen las voces y por supuesto ese intercambio de información nos obliga a tomar decisiones equivocadas que pueden afectar nuestros intereses y romper el propósito de la comunicación.

En muchas ocasiones la tecnología rompe las barreras de la comunicación; no nos comunicamos acertadamente por la brevedad del mensaje o simplemente nos saturamos tanto que no alcanzamos a descifrar hacia dónde vamos o que queremos decir.

He sido poco tolerante y ocasiones por la rapidez con las que se quieren realizar las cosas; explico el por qué, trabajaba en los denominados “Call Centers” ahí los teléfonos se atiborraban manteniendo 200 llamadas en espera, tiempo máximo 5 minutos por llamada; y contestaba con toda la disposición de hacer de cada una de ellas la mejor del día.

Mis planes se iban abajo cuando antes de terminar mi armonioso saludo me insultaban por hacerlos esperar tanto tiempo, dos minutos mas tarde, ¿cómo, no sabes quién soy? Le di todos mis datos a la máquina y no pienso darlos de nuevo, 5 minutos, esto es ridículo, y no cuelgo hasta que me resuelvas mi problema, etc., etc.; obviamente se necesitan dos para que existan un desacuerdo pero ¿quién puede luchar contra tan necedad? Cuando sería tan simple ir al grano y sin rodeos.

Pero la comunicación es más compleja, y cada vez interfieren más factores que nos prohíben entregar al mensaje de manera clara, directa, efectiva y rápida. Por ahora sigo trabajando en ello, siendo tolerante y paciente pero al mismo dispuesta a escuchar lo que el emisor quiere decir antes de intercambiar información y tomar decisiones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pregunta... sería necesario desde esta reflexión relacionada a los call centers la creación de un paradigma de comunicación que nos permita mejorar los procesos tanto internos y que de la mano se logre una satisfacción plena del cliente usuario sin caer en la ambiguedad de las palabras y sentimientos...??? If you get it, PLEASE let us know!!!!!