3.25.2007

ZONA DE CONFORT

Mi zona de confort es donde me siento tranquila, segura, cómoda. Es el punto el que me encuentro conmigo misma. Se respira paz y armonía, las manecillas del reloj avanzan lentamente, escucho los latidos de mi corazón, el espacio y el tiempo me son indiferentes.

Me encuentro en mi zona de confort cuando no me siento intimidada cuando las cosas fluyen siguiendo esa línea que tengo trazada, cuando nada interviene en mis planes, pero si algo se llega a interponer y cuando estoy en peligro de salir de la misma improviso para evitar hacerlo; es probable que pierda el equilibrio, respiro lenta y profundamente por unos minutos para regresar a ella.

La inquietud me indica cuando me encuentro fuera de mi zona de confort cuando debido a presiones no me siento cómoda; me siento insegura o amenazada por situaciones de la vida cotidiana. No encuentro ese espacio que me pertenece.

El estrés es una amenaza para llegar a esa zona tan deseada, vivir en esta ciudad significa vivir en una inconstante inestabilidad mental en donde nuestras obligaciones; trabajo, casa, escuela; entre otras, hacen casi imposible mantenerse en esa zona.

Este espacio también es definido por los hábitos personales, la manera en la nos comunicamos y tomamos decisiones.

Pero acaso ¿sentirse bien no es encontrarse en tu zona de confort? Aunque sabes que tendrás una semana ocupada, que tu jefe estará de mal humor, que tienes mil pendientes en la oficina, que puedes estar a punto de perder tu trabajo o que tus obligaciones no te permiten dedicarte unos minutos para ti todos los días.

La zona de confort no la encontramos cuando todo va bien en nuestras vidas porque resultaría monótono y aburrido, porque no tendríamos la sal y la pimienta de la vida, porque nos despertaríamos cada día con las mismas actividades, las mismas obligaciones y los mismos resultados.

Iríamos por la vida como robots; casa, oficina, súper, tintorería, escuela, sin que surgieran problemas a los que pudiéramos encontrar solución o situaciones que nos brindaran la satisfacción de haber logrado salir triunfantes de ellas.

Encontrarse en la zona de confort es a lo que se aspira; aunque en ocasiones ésta sea relacionada con una etapa en la que creemos encontrarnos en ella porque nos va bien en el trabajo y nuestra vida en general pero nos quedamos estancados en ella y a pesar de que conlleva muchos riesgos salir en este aspecto no es bueno conformarse con esa zona de confort y arriesgar un poco para dejarla de lado y realizar otras actividades que nos permitan crecer tanto personal, como laboralmente.

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