SENTIDOS

El oído atento, dejamos que todo interfiera en nuestro entorno; los ruidos de la ciudad, el claxon de los autos, los insultos, la música que proviene de los negocios, oír sin escuchar en el silencio de la noche. Sentarse a disfrutar de la naturaleza observando la belleza a nuestro alrededor.

Nos volcamos sobre el mundo no sólo para contemplarlo o para ensamblar críticamente lo que se ha dicho, sino para operar creativamente sobre él, arriesgando las verdades absolutas, poniendo a prueba los instrumentos que utilizamos y sabiendo que, frecuentemente, habrá que regresar para esterilizarlos y evitar perdernos en esta enorme ciudad.

En donde el estrés nos hace olvidar las funciones de nuestros sentidos y poner en práctica cada uno de ellos.

Necesitamos pronunciar una palabra, emitir mensajes, construir códigos y signos para ayudarnos a comprender el mundo de hoy, con algunas estrategias de supervivencias para poder subsistir en él.

Escuchamos sin escuchar, vemos sin ver, sentimos sin sentir, ¿a dónde van nuestros sentidos? Se pierde la presencia de la palabra, el sentido de la vista y el tacto, los sonidos de la naturaleza.